viernes, 25 de marzo de 2022

HALLAZGOS POR LA CALLE INSTITUTO, TORRE DE LA POLVORA Y ALREDEDORES

del libro Los Orígenes de la Ciudad de Alicante, editorial Instituto de Estudios Juan Gil - Albert, escrito por Lorenzo Abad Casal (Catedrático de Arqueología, Epigrafía y Numismática de la Universidad de Alicante).

Aún cita el P. Maltés otros restos romanos conservados en su época: numerosos fragmentos de terra sigillata en los albacares del castilllo de Santa Bárbara, parte de otro acueducto en la zona de Los Antigones y sobre todo la Torre de la Pólvora, al lado de la Puerta Ferrissa, en la Villavieja.   Esta, según él, era de sillares y difería considerablemente de todas las demás de la muralla, por lo que considera podría tratarse de una construcción romana; había conservado, hasta poco tiempo antes, dos toros de piedra como remate, que un día fueron derribados y, tras un largo abandono, llevados a Monforte para colocarlos al lado de la escalera de la iglesia parroquial.  Si se trata realmente de una torre romana, cosa hoy difícil de asegurar, ya que no conocemos ningún grabado de ella, habría que pensar posiblemente en una torre funeraria, del tipo de la de Villajoyosa, situada en las proximidades de la calzada que unía Los Antigones con el Tossal y que en un determinado momento se aprovechó como una torre más de la muralla de Alicante.  Es posible, aunque no pueda asegurarse, que los dos toros de que habla Maltés sean los que hace años aparecieron en una gravera cercana a Monforte, ya que se encontraron desprovistos de todo contexto arqueológico y parecía que habían sido allí arrojados.  Se trata, no obstante, de toros de tipo ibérico, por lo que su relación con una torre que se supone romana, es en todo caso, dudosa.
La existencia de una torre sepulcral romana en esta zona de Alicante, que puede parecer extraña, no lo es tanto si tenemos en cuenta que existen noticias acerca del hallazago en la Villavieja de materiales romanos.  Así, Rico, para demostrar que Lucentum no estuvo en este lugar, aduce que allí sólo se habían encontrado una colección de monedas, fragamentos de vasijas, lamparillas, el tronco de una estatua de aproximadamente un metro de altura y trozos de pavimento árabe, todo ello en una casa del callejón del Instituto.  El conjunto podría pasar por árabe de no ser por la presencia de un trozo de estatua y porque Rico lo trae a colación para demostrar que con tan pocos hallazgos (hay que suponer romanos) no puede localizar allí una ciudad como Lucentum; pero para lo que a nosotros nos interesa en este momento es bastante ilustrativo: allí se encontraron restos romanos que deben corresponder a un asentamiento de algún tipo.  Podría pensarse en una zona de la necrópolis de la ciudad de Els Antigons o tal vez en algún establecimiento rural.